Dolores Ibárruri

Nacida en Gallarta, Vizcaya, importante centro minero, a temprana edad se suma a los movimientos obreros que defendían los derechos de los trabajadores, ideales que no abandona hasta su muerte. Vestida siempre de negro, Pasionaria fue una verdadera adicta a la lectura que así afirmó su vocación política, encauzándola a través del periodismo de partido. Tuvo seis hijos, de los cuales le sobrevive sólo una mujer. Puesta a elegir, sacrificó sus ideales políticos a su vida sentimental. Murió en Madrid, en el transcurso del año 1989. Tenía 94 años.
Madrid – España (1989)


He venido muriendo casi un siglo.
Tantas muertes he muerto
que esta muerte me encontrará más viva que ninguna.
Me encontrará
buscando entre las ruinas
lo que ha quedado en pie de aquellos sueños.
He sepultado cinco de mis hijos.
Cinco veces he muerto.
Cinco veces.
Cargo este luto hecho a la medida de todas las infamias,
los olvidos,
las ausencias que lloro en los inviernos.
He defendido a un pueblo fatigado surgiendo de las minas,
de las fábricas,
desde los codiciosos latifundios.
Un pueblo que se aferra a la esperanza en medio de un oscuro desaliento.
He abrigado su sólida impotencia,
el dolor visceral de un hambre sólida,
sus carencias,
sus fiebres,
sus sudores,
sus revueltas obreras sofocadas por la furia impiadosa del ejército.
He abjurado de toda cobardía,
toda falta pasada o venidera que me aleje un instante de la lucha.
Soy Dolores Ibárruri,
la vasca,
la que anduvo las sendas del destierro.
Soy madre,
soy mujer,
soy militante.
Mi coraje establece barricadas contra la sumisión,
contra la entrega,
contra la mansedumbre empobrecida que se nutre en las médulas del miedo.
He nacido del fondo de esta tierra,
austera como encinas
y castaños
y madroños robusteciendo hogueras,
férrea como sus férreos minerales y su oleaje cantábrico en el viento.
Soy Dolores Ibárruri,
la vasca.
He venido muriendo casi un siglo.
Una centuria de despojamientos hasta llegar aquí,
sola,
vacía,
en la impecable orilla del silencio.

1 comentario:

Alejandro Bovino Maciel dijo...

Gordi: está precioso este trabajo sobre la Pasionaria, recién leo tu libro que me parece sorpresivamente bueno. Estoy haciendo una breve historia del feminismo que me pidió Gloria y voy a usar estos trabajos tuyos como colofón de algunos casos. Ya te aviso, obviamente citando.
Un beso enorme: Ale.

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